lunes, 23 de enero de 2012

Cara al sol.



Las voces estrepitosas
vestidas de toga y negro
como moscas en estío
que acongojan
y asedian.
Y todas convertidas
en un pueril manojo
de sinrazones,
la mano derecha alzada
las piernas bien cerradas
la mente amortajada,
tan sólo abierta la boca
para entonar el pusilánime
cántico de unas masas
febriles,ofuscadas por el yugo
de la muerte.
!Cara al sol !!cuerpo a tierra!
la mano derecha alzada
las tripas al desnudo.
¿Quién merece tal desconcierto
en las sonrojadas mejillas
todavía por hacer?
Ha muerto el caudillo.
¿Y a mi qué?
Cara al sol y luto.
Ocho días sin negras
moscas.
De algo tenía que servir
que un tirano muera
cuando la vida
a flor de piel se nos
comenzaba a abrir.

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